En el entorno digital, la optimización para motores de búsqueda (SEO) continúa siendo una piedra angular fundamental de cualquier estrategia en línea robusta. No obstante, las tácticas y herramientas empleadas por los profesionales del marketing y SEO, hoy en día, difieren considerablemente de las utilizadas hace tan solo unos años. Con el avance de la inteligencia artificial (IA), el escenario del SEO se ha transformado, abriendo paso a un futuro en el que aspectos importantes de esta disciplina podrían ser automatizados por completo. Esta evolución plantea interrogantes sobre el rol de los profesionales en la optimización y si el auge de la IA en el SEO llevará a la obsolescencia del elemento humano o simplemente lo redefinirá.
Últimamente, está cogiendo fuerza la arquitectura SEO transaccional, una estrategia de posicionamiento web que se está imponiendo en las empresas, ya que permite captar tráfico cualificado hacia la web del propio negocio. Las compañías que adoptan esta estrategia están alcanzando mejor sus objetivos.
Cuando una empresa quiere tener presencia en internet, lo que necesita es ganar tráfico, pero cuando desea vender online lo que busca es tráfico cualificado que se convierta en ventas. En otras palabras, no solo se trata de atraer visitantes a un sitio web, sino de atraer a aquellos que tienen un interés real en nuestros productos o servicios y son más propensos a realizar una compra.
Como ya hemos visto en artículos anteriores, Google considera los enlaces externos que apuntan a tu web o los que tu incluyes en tus contenidos como un factor clave para posicionarte en la página de resultados de una búsqueda.
La forma en que Google muestra los resultados de una búsqueda (SERP) depende en gran parte en la cantidad de buenos enlaces que apuntan a una página web o de los que se encuentran en ella.
La optimización para los motores de búsqueda (SEO) es un tema que siempre está en constante evolución. Google, por ejemplo, ajusta periódicamente su algoritmo para decidir dónde y cómo mostrar un enlace específico, de forma que éste sea siempre el más relevante y confiable.