El valor real de un evento es todo lo relacionado con la capacidad desmotivar a sus participantes para establecer relaciones, profesionales o personales entre ellos.
De repente nos hemos tenido que acostumbrar a reunirnos de forma virtual con clientes, partners, colaboradores, equipo, etc. y nos hemos dado cuenta que crear reuniones virtuales atractivas y exitosas no es fácil.
Cuando el Covid-19 arrasó en el mundo, todos nos volvimos virtuales sin pensarlo dos veces. Hoy, cuando parece que hemos podido recuperar cierta “normalidad", los eventos virtuales seguirán siendo una gran parte de nuestras vidas.
Nadie sabe realmente cómo serán los eventos presenciales después de la pandemia, pero todos sabemos que la “normalidad” ni está cerca ni será fácil. Las regulaciones en materia de seguridad sanitaria cambian constantemente y la efectividad de las vacunas ante nuevas variantes del virus y sus efectos dificultan la visibilidad de este futuro. Incluso cuando se reanuden los eventos presenciales, lo más probable es que durante mucho tiempo, la mayoría de nuestros clientes no desee o no pueda participar físicamente en eventos.
En Marzo de 2020 el huracán que desencadenó la pandemia, con inesperados confinamientos, nos obligó a transformar radicalmente nuestra visión y ejecución de los eventos. En cuestión de días, los eventos en vivo y las conferencias que se habían planeado con meses de anticipación se pospusieron o cancelaron repentinamente.
Conocemos los webinars desde hace mucho tiempo. Sabemos que los contenidos audiovisuales están ganando terreno. Desde el mes de marzo de este año, son la mejor herramienta que las empresas disponen para mantener el contacto con sus leads y clientes. Por fin vas a lanzarte. No es difícil, sólo que hay que tener algunas cosas en cuenta para no arruinar el momento.