Cuando las empresas emplean análisis, automatización e IA en el entorno empresarial, se pueden desentrañar relaciones significativas dentro de grandes cantidades de datos. La correcta combinación de estrategia y tecnología no solo optimiza la velocidad y el coste, sino que también asegura la calidad y genera así un valor comercial tangible y medible.
El Big Data es una joya para las empresas, pero, en los últimos años, ha planteado una serie de desafíos. Las compañías se han empezado a preocupar por aspectos clave para su aprovechamiento como el almacenamiento, la gestión, la gobernanza o el uso que le damos a los datos.
El sector del almacenamiento de datos y la gestión de datos no estructurados ha cambiado mucho en el último año y las empresas tienen puesto el foco en las estrategias de almacenamiento en la nube porque están aumentando de precio y están provocando una mayor presión sobre los presupuestos de TI.